Nº. Catorce. Septiembre 2016





Entradilla


Después de un  ajetreado  verano vuelve “Sin pretensiones” para intentar evadir  la rutina, si es posible evadirse de la rutina. Como novedad informaros que hemos creado un grupo  en face book  con el mismo nombre que la revista “Sin Pretensiones”


Las calores se van yendo,  la melancolía envuelve con su manto el trascurso de los días y los libros del estante te  miran. Entonces encuentras la palabra adecuada que no siempre es la correcta pero para qué queremos corrección si el mundo lo movieron los rebeldes.

Miguel Ángel S. L.

*****
A FEDERICO GARCÍA LORCA

Español, español,
saca los pechos y ponte al sol!
Llévate a cuestas la casa;
el vivido es lo que pasa
y se queda el porvivir.
Mañana será otro día;
cada día su alegría
con su pena de sufrir.
Cada día su mañana
con la santísima gana
de cantar.
Quién nos quita lo vivido?
En el seno del olvido
el descanso de soñar!

Miguel de Unamuno

 Pintura




Amor brujo
 pintura acrílica sobre tela de algodón
1.20 x 1.20cm

Desviste de pudor
el ardor de la mirada
loando el encanto
asientas en tu esbozo
el tallo crecido de gozo
sin cuaresma de recato
desatando los embates
que halan sin reposo
por el abismo impúdico
en las llamas del espasmo
apurando los gemidos
por la estela de un te amo.

MASL


Relatos


EL ENTUERTO

Recuerdo aquel día como  infernal, todo parecía confabularse en mi contra, los clientes de la inmobiliaria sólo invocaban mi nombre o el de papá. Las seis líneas telefónicas sonaban al unísono, los pedidos de entrevista se iban acumulando hasta desbordar mi agenda. 
Cómo era la más joven de la oficina parecía que todos se empeñaban en que aprendiera de golpe el manejo de las operaciones sobre todo mi padre, que soñaba con que iba a ser su sucesora,  cosa sucedió años más tarde.
Estaba cursando la carrera de martillera y corredora pública en la Universidad de Buenos Aires. Me encantaba la carrera y el trabajo que desde la cuna lo conocía bien, pero en ese tiempo era una paloma blanca, me faltaba mucha calle.
Cómo muchas de las chicas de mi edad tenía pajaritos en la cabeza o quizás tenía el cerebro de un pájaro, no estoy muy segura de cuál de las alternativas era la que prevalecía. Apenas con diecinueve años, mi padre me impuso a realizar tareas ejecutivas. Estaba en la edad de  las hormonas efervescentes, mi imaginación no tenía  límites. Todo un peligro, sin lugar a dudas.
Por mi trabajo siempre estaba rodeada de hombres escribanos, abogados, arquitectos, ingenieros y personas en general (clientes). Era la encargada de las tasaciones  de todo tipo de inmuebles. Tenían muchos enamorados y tipos cómo diría mi abuela que me rascaban el ala, y yo les echaba flit.
Pero debo confesar que mi corazón estaba puesto en otro lado,  tenía un amor platónico, estaba perdidamente enamorada de un colega. Él  tenía una voz increíblemente seductora, de actor de teatro. Por supuesto no se lo conté a mis padres, que se hubieran muerto de un patatús;  su única hija enamorada  del enemigo, de  la competencia. Impensable, inaceptable, por eso cerré el pico sobre ese tema y fue mi secreto por un tiempo.
Todas las adolescentes son soñadoras, y claro, yo le puse un rostro a mi  Romeo. Imaginaba que tendría un porte atlético, que sería una especie de vikingo, sí un vikingo, cómo Or Grund, el personaje de Robín Wood. Adoraba leer el Nippur de Lagash y mi personaje favorito era ese vikingo indestructible, rubio, de ojos acerados,  musculoso, un verdadero  Adonis.
A media tarde de ese día endiablado, se hizo presente en el salón un elegante caballero entrado en años,  canoso,  de cabello ralo, de sonrisa picara y vestido con  impecable traje.  Sonriente me miró y me hizo señas para que le abriera la puerta, que por razones de seguridad se mantenía cerrada, y nosotros decidíamos a quien abrir.
Era evidente que ese día en particular  los astros estaban todos alineados en mí contra, el control  remoto para abrir la puerta de manera automática fallo. Pensé: “¡Qué fastidio!”.
Así que tuve que parar para abrirle  la puerta, y el canoso con voz de locutor me dijo: “Soy  Rodrigo  Puertas de inmobiliaria Puertas y Asociados”
Al escuchar ese nombre cambio mi humor. Una sinfonía de arpas, violines, una orquesta formada por querubines tocaban esos instrumentos  y brotaba una deliciosa sinfonía  dentro  de  mi cabeza de chorlito.
Pensé: “Es el papá de mi amado”. Recordé las conversaciones, nuestra relación  fluida y cálida, la invitación de ir a tomar un café, la cual yo pospuse en el tiempo. Porque en ese tiempo había que decirle a los padres dónde y con quién ibas a tomar un café. Si todavía recuerdo a mi madre decirme:”En la vida no solo hay que ser seria, sino parecerlo”
Mi cabeza estaba en trifásica los pensamientos manaban; había venido un representante de la inmobiliaria donde trabajaba mi  amor  imposible. Inmersa en esos pensamientos, pensé ojalá que el  hijo se parezca a su mamá, porque el Sr. Puertas es feo  y está a años luz  de mi ideal (Or Ground)
Entretanto el Sr. Puertas, me extendió su mano sudorosa  y me dijo: “Vine personalmente a entregarle a Daniela  Achaval, las invitaciones a la cena del colegio de martilleros para ella y su familia. ¿Ella se encuentra?”
Se me dibujo una enorme sonrisa antes de responderle: “Soy yo”  y atropelladamente le dije: “Qué  placer enorme el conocerlo, siempre hablo con su hijo, que tiene una voz muy parecida a la suya;   él es tan agradable y educado”
 El  Sr. Puertas parecía confundido, y dijo:” ¿Mi hijo? ¿De qué hijo me hablas? Aparte porque no me tuteas como siempre”
Inmediatamente la confundida era yo: “Sí, sí, su hijo” mientras mi corazón latía a mil y el estomago se me comprimía.
El señor sonrió amablemente y dijo:”Yo, no tengo hijos y vine hasta  aquí sólo para conocerte. Estoy sorprendido, pensé que me encontraría con una mujer y eres una niña”
Sorprendida, abrumada y decepcionada por la revelación que acaba de acontecer  me sonroje, me di cuenta que había metido la pata hasta el caracú, así que intente arreglar las cosas y  le dije:”Sabe cuando hablaba usted,  por su  voz pensaba  que era una persona muchísimo más joven, una persona de mi edad”
A lo que me respondió: “¿Me estás diciendo viejo?”
En cuanto lo dije, tomé conciencia, me había perdido la oportunidad de callarme la boca, y cada palabra que decía para arreglar las cosas me enredaba más y más en mi lengua, mientras deseaba que la tierra se abriera y piadosamente me tragara o lo tragara a él. A esas alturas daba igual, sólo deseaba desaparecer.
Mientras pensaba eso, el Sr. Puertas seguía mirándome  con incredulidad, mientras, yo lo seguía  llamando  viejo en diversas formas sin querer hacerlo, inclusive con cierta actitud de fastidio de mi parte como  responsabilizándole a él de mi enamoramiento.
Mi Or Grund, se había transformado en Quasimodo, al menos no tenía la joroba que la había reemplazado por una prominente panza fofa, no tenía ni un miserable músculo, y encima era más viejo que  Matusalén.
Finalmente el entuerto término cuando me entregó las invitaciones con notoria molestia.  Yo me quedé con el corazón quebrado y seguramente él se quedó con el ego destrozado. Igualmente me saludó amablemente.
Le abrí la puerta, y me quedé mirándolo mientras su amorfa figura se perdía en la  acera en un día abrasador de verano, cuando en Buenos Aires, aprieta tanto  el calor que hasta se  ablanda el pavimento.
El  Sr Puertas salió de mi vida, más rápido que una bandada de gatos asustados.                          

Alejandra Arqués Arranz

Poesía

Dos palomas blancas




Dos hermosas
palomas blancas
en pleno vuelo
despliegan sus alas
entre numerosas
caricias, respuesta
a sus tortuosos
pensamientos,
encadenadas,
en este mundo
hipócrita,
despiertan
en el amanecer
de su amor:

Entregan
sus besos
de mujer,
delicadas y suaves
manos entrelazadas
caminarán
en su universo de pasión,
se amarán
ante los ojos de Dios.

Ella la besa en la mejilla...
Ella se atreverá a besarle
en los labios de carmín
demostrando
el verdadero amor
sin importarle
el qué dirán...

Dos palomas blancas
alcanzarán el cielo azul
sin distinción de sexo
sólo abrazaran sus almas .

Aurora. Marga Cruz Humanez
Barcelona. España

*****
Pago con lágrimas

Pago con lágrimas
pecados del pasado
dolor y angustia
por malos actos

Cómo acabar de expirar
esas culpas de más
para que gente inocente
deje de llorar?

Cómo poner fin
  a esta angustia,
  a este monstruo
que no deja vivir?

Cuándo y por qué...
acabará?
Y lo que más duele...
Cuánto más he de llorar?

Lucia R. Coutado

*****
SIN PRETENSIONES.


Camina sin poner meta
vive sin miedo a la vida
marca una clara propuesta
y disfrutando sin medida.
Abre una nueva puerta
deja que entre la vida
no aceptes la idea impuesta
ni la barrera indebida.
Y vive sin pretensiones
sin querer agradar al mundo
sin buscar otras razones
que tú caminar profundo.
Y venga y adelanta el paso
No aceptes trabas vacías
Ni visualices un fracaso
Que mengue tus nuevos días.
Porque tú naciste libre
llena de magia vestida
eres la puerta que abre
La verdad inconfundida.
Eras la razón y esencia
de tantas formas vestidas
eras la raíz de la complacencia
en fechas introvertidas.
Más acepta sin pretensiones
no ser lo que otros querrían
tu verdad son tus razones
tus pasos siempre te guía.
Escucha el latir constante
del sentir de tu corazón
que te dice en cada instante
no le pongas pretensiones, a la razón.


Francis Falcón.


Relatos

Robert Walser, mi compatriota del bosque


Sendero en la Sierra de Aralar, Navarra.


A veces me doy de bruces con textos que describen fielmente lo que siento, lo que soy, lo que amo. Textos en los que me veo reflejado de una manera sutil y a la vez definitiva. Y entonces se me pone la piel de gallina al ser consciente de que no son mis sueños,  que no son mis delirios. El bosque lleva siglos hablándonos. Al menos a aquellos que tenemos la inmensa fortuna de saber escucharlos.
Ahí va uno de ellos. En este caso mi “hermano del bosque” se llama Robert Walser (1878-1956). Él paseaba por los bosques de Suiza. Esos bosques, hoy lo sé, dicen lo mismo que a mí me cuentan mis bosques:

“Llegué poco después, caminando tranquilo bajo el suave y cálido aire, a un bosque de abetos por el que serpenteaba un por así decirlo sonriente camino, de pícaro encanto, que seguí con placer.

En el interior del bosque reinaba el silencio como en un alma humana feliz, como en el interior de un templo, como en un palacio y en castillos de cuentos hechizados y soñados, como en el castillo de la Bella Durmiente, donde todo duerme y calla desde hace cientos de largos años.
Había tal solemnidad en el bosque que imaginaciones grandiosas y bellas se apoderaban por sí solas del sensible paseante. ¡Qué feliz me hacían el dulce silencio y la tranquilidad del bosque!”

Y continúa un poco más adelante:

“Para mí pasear no sólo es sano y bello, sino también conveniente y útil. Un paseo me estimula profesionalmente y a la vez me da gusto y alegría en el terreno personal; me recrea y consuela y alegra, es para mí un placer y al mismo tiempo tiene la cualidad de que me excita y acicatea a seguir creando.”

Pero Walser advierte que al bosque hay que acercarse con los sentidos abiertos, con la mirada limpia, sin prisa:

“Naturaleza y costumbres se abren atractivas y encantadoras a los sentidos y ojos del paseante atento, que desde luego tiene que pasear no con los ojos bajos, sino abiertos y despejados, si ha de brotar en él el hermoso sentido y el sereno y noble pensamiento del paseo.
 Su cuidadosa mirada tiene que vagar y deslizarse por doquier, desinteresadamente y carente de egoísmo; tiene que ser siempre capaz de disolverse en la observación y percepción de las cosas, y ha de postergarse, menospreciarse y olvidarse de sí mismo, sus quejas, necesidades, carencias y privaciones.”

Y termina, mi compatriota del bosque, con un deseo que comparto profunda e íntimamente.

“Estar muerto aquí, y ser enterrado sin llamar la atención en la fresca tierra del bosque, tendría que ser dulce. Sería hermoso tener en el bosque una tumba pequeña y tranquila. Quizás oyera el canto de los pájaros y el susurrar del bosque sobre mí. Lo desearía.”

Me emociona saber que Robert Walser murió como quería, paseando por sus bosques, en la Navidad de 1956.

Creo que Robert Walser hubiera sido un gran amigo mío. Creo que, sin duda, aún lo es. Su alma dormita entre las hayas de Bertiz, entre los árboles de todos los bosques. Walser, sin duda, llevaba bosques dentro. 

Juan Goñi 

 Poesía




Se cubrió la noche
de verde aceituna,
encajando las estrellas
el sol y la luna.
Me vestiste la noche
con luz de plata,
y me coronaste
con rosas blancas
mis desvelos y mis mañanas.
Dejé llevarme
por los aromas de tu piel,
por los besos rosados,
sabiendo de sobra
que eras de otra mujer,
No le dimos importancia,
porque nuestros corazones
eran sinceros,
y las horas se cubrían,
de vino y besos.
Pero llegó el invierno,
las rosas blancas
ya no estaban en mi sendero,
se cubrió la tarde
de nubes de terciopelo.
En mi camino
ya dejó de verse ese cielo,
se cubrió de nubarrones
y de tul de lunares negros,
de sombras con olor a miedo.
En quimeras se convirtió
lo prohibido,
los hilos del amor
se fueron enredado
en los matorrales secos.


Olivia Cortes Rubio
D.R.A. 2/8/2016
Málaga///España

*****
 “Golondrinas”



Vuelven las golondrinas,
a su místico andar,
trayendo recuerdos,
que por Dios,
no puedo olvidar.
Fue una noche de lluvia,
las estrellas dormían,
mientras el mar en su celo,
sus tentáculos movía.
Mí luna de miel,
un castillo forjado en papel,
una historia de amor,
que muy pronto llego a su fin.
Las olas golpeaban,
con odio y rencor,
aquel viejo crucero,
sucumbió con dolor.
Me abrace a su pecho,
con rabia y pasión,
jurándole amor por siempre,
en el crepúsculo de su vida,
robo mi última sonrisa.
Amores imposibles,
que el tiempo de cuentas,
aunque sola y triste,
todavía mí alma le recuerda,
y la noche llego a mis ojos.


Autor: Edwin Cruz Villegas
Costa Rica

*****
LAS MELODIAS HABLAN LO QUE NO DECIMOS…

Estas noches en las que la música
Da color a nuestro entorno,
Volteo a ver si estás ahí
En tu escritorio virtual,
Y estas ahí, en estas noches doy gracias a Dios
porque aún sigues despeinándome el alma
y el viento me trae tu suspiro...
porque sé que me amas...



YRAM SALINAS…

*****
 SENDEROS DE IMAGINACIÓN




Las imágenes rondan en mi mente en aureolas;
Me refugio en un laberinto de ilusiones;
Se confunden en tornados y grandes olas;
Encuentro abrigo en los sueños, de dulces sensaciones.!
Miro al cielo buscando una respuesta a mis anhelos;
Algunas nubes dibujan sombras mágicas;
Son mis dudas las que producen mis desvelos;
Doy gracias a Dios y ruego por mis suplicas.
La naturaleza me despierta gran, admiración;
Las flores, riachuelos y manantiales;
Fenómenos como el arco iris, grande es la sensación;
Convivir con alegría , en ambientes tan especiales.
Transitar por los senderos de la vida;
Con los seres que Dios colocó en mi camino;
De la mano y con el alma siempre unida;
Expresándoles mis sentimientos, con un amor cristalino!

Autor@ Consuelo Amaya

Lugares

 Pastrana (Guadalajara) 
 Capital de la Alcarria   
https://www.youtube.com/watch?v=KKAdKxjPfoI

Relatos

Incoherencias

04/09/2016-...
Primero

Aquel día pudo ser el momento pero no  estaba escrito en las estrellas que lo fuera. Bajaban las aves empujadas por los fríos a sus charcas de invierno más allá del capricornio. Habían cumplido su misión en el norte y regresaban al sur. Los ciclos de la vida no se detienen y el instinto no les deja otra opción que no sea la que marca su reloj biológico.
La tecnología de la natura silenciosa y oculta, siempre ordenando hasta el desorden por el que deben transitar los seres vivos. Orden y desorden, beldad y fealdad, bondad y maldad, yo contra mí mismo. Piezas del juego de la vida sobre  un mundo romo sin cuadriculas delimitadas que el hombre ha dibujado asimétricas con fronteras tan endebles que el soplo suave de la brisa derriba sin esfuerzo.
Y llega el huracán a las sangres vivas asaltando el corazón con el espíritu de lo desconocido y empieza la aventura. Entonces nos odiamos. Recuerdo que nos odiamos. Tú me odiaste. Yo no puedo odiarte hoy menos aquel día.
Aves ciclos, migración, odio… ¿amor? Vida para morir, muerte que nos espera y mientras vivimos. En el fondo del cerebro están las ideas esperando las encuentres y yo no quiero encontrarlas ¿por qué no quiero encontrarlas? No sé ¿miedo? Mas es certeza de perder el sueño al encontrarlas.
Se repiten las palabras, se repiten los hechos, se repiten los ciclos mientras la mente en blanco navega por la nada. Silencio de la soledad volviendo al origen donde sólo te encuentras en la misma nada.

Segundo

“Si me quieres encontrar
Ya sabes mi paradero…”

Dice la canción que por querer ser romántica es la triste realidad de la muerte. La muerte que nos lleva por los vericuetos de la vida al jardín de las delicias en la dimensión desconocida que debe ser la felicidad.
Pero la felicidad es aburrida, los que la tienen buscan el riesgo en el que viven los que no la tienen y si la felicidad que nos han pregonado es el ideal del hombre es aburrida ¿Cuál es el estado en que encontramos la satisfacción?
Olvidándonos de los mitos encontramos al hombre que con sus manos construye para destruirse a sí mismo y volver a construirse. Ciclo absurdo de la inteligencia incapaz de mantener, por odiar, su propia esencia. Avanzar destruyendo para volver a la prehistoria y a la vez volver al futuro cometiendo los mismos errores.  El péndulo de Dios balanceándose invisible en la séptima galaxia, tan lejana como desconocida, que atrae a la tierra para repelerla con la misma energía.
Y aquel día nos quiso encontrar y nos dejamos encontrar en un beso que intentamos repeler y no pudimos y eso que los demás se interpusieron en el poco aire que nos separaba.

Tercero

Esperar. El continuo esperar. La desazón crónica penetra la piel sentando sus reales en la carne incapaz de descansar que solamente espera. Es incomodo esperar, pero que hacer si cuando buscamos nada hallamos y convertimos la busca en espera para aliviarnos pero el alivio se hace amargura.

Busqué y no hallé
mas espera
me trajo la busca:
con lazo rosa
la esencia negra.

Conocí el norte por el musgo de las rocas y los helechos se acostaron en la tierra para que viera las estrellas por entre los pinos.

Cuarto

El calor es insoportable. El viento quema las sombras. El sudor baña mi cuerpo mientras pienso en la nebulosa de los sueños envueltos por el color de la calor reflejado en la cal de las fachadas y se me achican los ojos protegiendo la mirada de sus pensamientos.
El silencio de la calle me molesta. Necesito el murmullo vital de los adoquines ordenando mis distracciones.
¿Por qué callan los adoquines? ¿Por qué el silencio de la noche? ¿Por qué gritan cuando duermo? ¿Por qué callan cuando yo vivo?

Miguel Ángel S. L.

Poesía

¡¡¡ REGRESARÁN...!!!

Regresarán a mí,
en mágica alfombra,
las tardes perdidas.
Me veré de nuevo...
en el espejo de la vida.
Vestida de años, con mente de niña.
Con polvo de estrellas...
me bañaré ese día,
brillaré tanto, tornándome...
una mujer de fantasía.
Cubierta en sábanas blancas,
andaré pasos...
a tu alcoba dormida.
Con un látigo imaginario,
despertaré tu cuerpo,
electrizando tu piel...
¡Cuando me creías perdida!

Carmen Bonpland.
SafeCreative D.R.A.
Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina.
carmenbonpland@gmail.com

*****
Cruzo la vida sus caminos
Y el río coloco a cada cual en riberas distintas
Deslizándose entre juncos y recodos
Caracoleando momentos y sinsabores
Continuaron compartiendo la frescura, que a momentos le brindaba la corriente.
Para después sabiendo lo finito de esos momentos...distanciarlos sin premura, sin prisa, dejándose llevar, sabiendo, el precio de ir contracorriente.
Y así, el río fue pariendo recuerdos...
Y de todos ellos, el río fue testigo cierto.

Pepa Moñino


*****

“Sentimiento”
Con el Cielo nocturno,
¡¡ Tinta del alma!!
y mucha esperanza,
te escribo esta carta,
no recuerdo si fue ayer,
cuando entre sollozos,
te empecé a querer,
sortilegio de amor,
preludio de un corazón,
que al término de sus días,
pide una oportunidad,
con el sentimiento encontrado,
sobrellevando mi gran pena,
estoy en busca del abrigo,
la pasión que quema y da vida,
una migaja de cariño tuyo,
los besos que un día fueron míos,
las caricias del anochecer,
y un te quiero,
en cada amanecer.


Autor: Edwin Cruz Villegas
Costa Rica
22-07-2016
Derechos de Autor Reservados.

Música





Poesía japonesa

Cuatro poemas de Shuntaro Tanikawa


DOS BILLONES DE AÑOS LUZ DE SOLEDAD
Los seres humanos de este pequeño orbe
duermen, despiertan y trabajan, y a veces
desean la existencia de amigos marcianos.

Carezco de nociones
acerca de lo que los marcianos hacen en su pequeño orbe
(si nerirean o kirururean o harararean).
Pero a veces desearían la existencia de amigos terrícolas.
Ninguna duda al respecto.

La gravitación universal es la energía de las soledades
tirando unas de las otras.

Como el universo está distorsionado
nos buscamos los unos a los otros.

Como el universo sigue expandiéndose,
nos sentimos todos incómodos.

El frío de dos billones de años luz de soledad
me hizo estornudar, de repente.


UN CHAGALL Y UNA HOJA DE ROBLE
He gastado todos mis ahorros en una litografía de Chagall
y la he puesto junto a una hoja de roble que encontré en el camino.
Algo a lo que podemos ponerle precio
junto a algo a lo que no podemos ponérselo.

Algo que es producto de una mano y un corazón humanos
y algo que es obra de la naturaleza.

El Chagall es hermoso.
La hoja de roble es hermosa.

Me levanto y preparo té
mientras una suave luz vespertina ilumina la mesa.

Mirando el Chagall
pienso en los días pasados cuando ella regresó junto a mí.

Mirando la hoja de roble
pienso en la delicadeza de lo creado.

Una hoja de roble y un Chagall,
ambos preciosos, irreemplazables.

El sonido de Ravel en el piano crece.
El hoy se transforma en uno con la eternidad

Igual que cuerpo y alma se deshacen en uno
en el cielo azul tras la ventana.
Y estas lágrimas, ¿por quién serán?


Y
Cuando lleva el verano
las cigarras
cantan de nuevo.

Fuegos artificiales
detenidos
en mi memoria.

Los países distantes se ven borrosos
pero el universo
está justo delante de tu nariz.

Qué bendición
que alguien
puede morir

Dejando tras de sí
tan sólo la conjunción
“y”.


LA TIERRA DE LA PUREZA
No puedo huir de quien soy.
Sin reparos he mostrado mis rasgos comunes a la gente,
dos ojos, dos orejas, una nariz y una boca,
tal vez porque tengo algo que ocultar.

Cuando vi de nuevo a mi amigo muerto
en una habitación de ladrillos sucios
su sangre y sus intestinos estaban esparcidos,
estaba húmedo sobre la mesa de operaciones
como una canoa en un cenagal.
Ya no llevaba nada consigo, nada ocultaba.
No quedaba más que la luz cegadora de un tubo fluorescente.

La luminosidad es más terrorífica que la oscuridad.
Contra el mar brillante incluso lo horrendo parece hermoso.
De frente al infinito nos convertimos en un grano de arena.
A nuestros oídos llega el sonido de las olas, tan distinto del abuso y la risa.

Si llega mi hora de ir a la llamada Tierra de la Pureza
y se escrutado minuciosamente por alguien como Buda o los ángeles
¿cuál debería ser mi expresión en un momento así?

Oculto cosas que habré perdido cuando sea inmortal,
ignorante de que las escondo.
Rodeado por gente severa, bloqueando los ruidos de la mortalidad,
estoy quieto en la sombra escabrosa de los árboles del invierno temprano.



Noticias





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Elaboración y contenido
Mary Carmen Vidondo
Miguel Ángel S. L.
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Edición y formato
@ Miguel Ángel S. L. (Ángel Saguar)
septiembre 2016

5 comentarios:

  1. Bellisima publicación... Felicito a los creadores y poetas que están en esta hermosa revista literaria, un abrazo.

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  2. Me alegra vuestro regreso; es como el preludio del nostálgico y poético otoño.
    Pensamientos en verso...me gusta, sí.
    Un abrazo.

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  3. Hola como siempre es un honor estar y compartir esta creación que cada día se va mejorando, y es muy grato sentir la entrega, que permite que la iniciativa de escribir sea un camino labrado desde la constancia y el buen saber, felicidades a todos los compañeros y felicidades a los creadores por cada la mejora y el avance en cada nueva creación. un abrazo de todo corazón. quien os aprecia Francis ...

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  4. Mil gracias por publicar mis letras Miguel Ángel ! Me siento honrada de aparecer en sus páginas y te felicito por tu maravillosa Revista! Un abrazo
    Consuelo Amaya! Colombia

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