Nº. Trece. Junio 2016





Sólo el necio confunde valor y precio

Francisco de Quevedo y Villegas




*****


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer

*****

Entradilla

Llegamos al número trece haremos un alto en el camino y volveremos cuando pasen las calores, se atemperen las pasiones y se difuminen los colores.

Trece silabas poéticas 
tienen las estrofillas “Saguarinas” 
que posiblemente 
casi nadie sepa lo que son. 
Trece suma el cerro Calderico 
que probablemente 
a casi nadie le importe 

y trece son los poemas que os dejo
en este número trece. 


Nos vemos en otoño.
Gracias por acompañarnos, participar y leer.

Miguel Ángel S. L.         
         
*****
 

 *****

Poesía

Trece

*****

Luces y sombras de la Torre.

Subíamos los escalones
con las sombras de la luna
tiñendo de gris la timidez
y las manos sudorosas
sintiendo el frío
en los resquicios de las piedras.
Queriendo llegar arriba
en cada recodo la oscuridad
nos temblaba la vida
y bajábamos tan aprisa
cual cae el agua de la cascada
y tú, entre el viento corrías,
huyendo de mis fantasías.

27/03/2016

***

Música de la vida

Dejarse llevar
en el aura de la luz
siguiendo el latido,
no se piensa,
se siente la calidez
de la nada que está
y es todo;
ruidoso ritmo
que no se escucha
hasta gritar el llanto
estremeciendo las paredes
con su música
de notas desafinadas.

27/03/2016

***

Habla el viento

Crónica de las peñas
adonde se yerguen los pinos:

Susurra
el espíritu de los tiempos
golpeando sin templanza
la miaja de polvo
que el viento arrastra
al final de su destino
entre los puntos cardinales.

Mientras, las piñas caen
al lecho seco de espinas
que cubriendo la muerte
germina la vida

28/03/2016


***

Notas de locura

Correr delante de ti mismo
templando la suerte:
Ideas imposibles
en papeles inservibles.

¡Calla pensamiento!
Calla, que si te pienso
quedo tieso
acumulando en la nada
palabras sensatas.

¡Calla pensamiento!
Calla, que la pasión
me embriagó
con la  flor de su canción

28/03/2016

***

Manantial de luz

Tengo todas las palabras,
alegres y tristes figuras,
crecen en mis ojos, deslumbrando
la mirada que sonrojada las mira.

Todas quisiera escribir
mas a mi pecho sólo alcanzan
las que le hablan con la sencillez
de las cosas hermosas de la vida.

Quisiera tener todas las rimas
de los grandes poetas
con su acento, ritmo y melodía
pero sólo soy un vulgar escribidor
colocando sin labor latidos del corazón.

28/03/2016

***

Estela verde

Los hilos verdes
caminan el verano
con la calidez de sus ramas
tiñendo tu mirada.

Se hace de noche y la luna inmensa
trae la magia de tus hazas
caracoleando mis bazas
por la certeza tersa
que el aroma que la vida
pulverizo por tu estima.

Redoma brindando al mediodía:
Por copa su gollete
regado con tu alegría.

03/04/2016

***

Mirada de gata

A fuer de repetir
halo que te sostiene
en mi ser se mantiene
la estela del sentir

sin vaivén. Asentir
es paciencia paciente
acogida en la mente
latiendo el consentir

a las palabras que corren las venas
mezclando los tintes de las entrañas,
soportando los pesos de las penas.

Y se pliegan las mañas
dejando paso a las luces de tus aljófares
que aman abrazando el alma con sus pestañas.

09/04/2016

***

Suspira el Ciprés de San Ginés

Giran precisas las agujas del reloj
el círculo cerrado de la esfera,
se cruzan con el sol y se deslumbran,
se cruzan con la luna y no la ven.

Andan por el tic tac de los segundos
marcando minutos inéditos,
acumulando horas que nunca existieron.

Se suceden los momentos de la memoria
olvidando los instantes de la vida.

Despreciado  el presente
qué futuro podemos esperar
cuando el tiempo solamente contamos
sin sentir sus latidos.

06/04/2016

***

La cebolla ciega

Lágrimas de niño
sonaron en la noche de “Torrijos”.

Lágrimas de sangre
lloró el corazón en trizas
de un hombre…

Rayo perdido de la luna
entre los barrotes de la noche.

¡Dejad en mi piel vuestra hiel!

Penitencia impía
el vacío de las tripas.

Cebolla sin miel
Y la luna se fue
dejando la noche oscura.

20/04/2016

***

Pretérito imperfecto

El aire fresco
de las mañanas de otoño
atrapó la esencia,
mis silencios,
en la profunda lejanía
de los sueños
y  en cualquier paso
se me despista la realidad
en el insomnio
buscando una palabra
hechizada de alba;
una palabra
… sin alas.

06/04/2016

***
Rima en “do”

Docenas de ideas embargadas en un tiempo
dosificado por miedo a no querer ser
doliente paseante de lágrimas
doradas por intentar ser vanagloria
do los vientos suspirados dicen
dominar las emociones de los elementos.

Domingos paseados por lo aburrido
Doncel labrado en un capitel
Dovelas cubriendo la cúpula sagrada
Doseles de cortinas raídas.
Dos manos unidas mientras caminan
dotando de sentido a la carne
domeñada por el deseo.

09/04/2016

***

Perciben las ardillas


Pensando en colores
miraba pasar la tarde.

Caricia de una brisa
a la sombra de una encina
escuchando crecer la hierba.

Pensando en colores
la tarde se me perdió por el ocaso

Caricia de las entreluces grises
destellando en la cal
susurrando al viento los pensamientos.

Pensando en colores
me quede dormido
en el color alma de tu mirada…

12/04/2016

***
Piedras mudas

Tras ellas:
historias nunca contadas,
leyendas de encantos,
relatos de espantos
y siempre su silencio
retando a la imaginación.

Paseo por su lado
repasando con mis dedos
las heridas de los años,
sensaciones en las manos
y el lapicero  desliza por el papel
las emociones de tus besos
tras los muros de yeso.

20/04/2016


Miguel Ángel S. L.

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  Relatos



Asfódelo o gamón. La flor de Perséfone



Asfódelo y haya muerta. 
Quizá son Perséfone y Hades en las soledades de Bertiz.


Cuenta la leyenda que hubo un año en el que la primavera dejó de ser eterna. La diosa Deméter lo impidió. Estaba agotada de buscar a su hija por todos los confines del mundo. Aquel año ni una mísera briza de hierba brotó. Y tampoco hubo flores, ni frutos con los que saciar el hambre de los hombres o de los animales. Ni siquiera en la más atroz de las guerras se había vivido una situación tan horrenda. 

Deméter fue a ver a Helios, el Sol, que desde su altura todo lo ve. Y éste le contó a la diosa que su hija había sido raptada por Hades, el dios de los muertos. Una soleada mañana en la Kore se ufanaba en recoger flores del campo acompañada de las ninfas, la tierra se abrió. De ella surgió Hades, montado en su carro tirado por dos caballos negros como el azabache. Hades raptó a Kore y la hizo su esposa y así la convirtió en Perséfone, la Reina de los muertos.

Deméter descargó su ira contra las ninfas por no haber impedido el rapto, y las desfiguró convirtiéndolas en horribles sirenas. La Humanidad moría de hambre en aquel tiempo sin primavera. Ante la catastrófica situación tuvo que intervenir Zeus, que tras muchas negociaciones consiguió convencer a su hermano Hades de que soltara a Perséfone. Pero el infame Hades planeó un maléfico ardid: hizo comer a Perséfone seis semillas de granada, por lo que Perséfone tendría que volver al inframundo un mes por cada semilla ingerida.

Desde ese momento la primavera no es eterna. Se reduce solo a los meses en los que Deméter y Perséfone se reúnen. Al comienzo del otoño, la bella Reina de los Muertos debe regresar a su reino junto a Hades. Tras tantas primaveras pasadas nunca he logrado ver a Perséfone por mis bosques…. Me pasa como a Odiseo, que tampoco logro verla cuando bajó al Mundo de los Muertos. Pero si pudo sentir su presencia. Como me pasa a mí: ¡sentir su presencia! Exactamente eso.

Fue precisamente en los prados de asfódelos, la primera planicie que encuentran las almas difuntas tras lograr atravesar el río Aqueronte o la laguna Estigia, donde Odiseo se reencontró con sus antiguos compañeros de batallas. Entre las inconfundibles, fantasmagóricas y bellas flores pálidas de esta planta, vagan eternamente las almas de la gente corriente y común. De los que no han sido juzgados ni como bondadosos ni como malvados. El héroe griego tuvo ocasión de consolar a Aquiles, tratar de reconciliarse con Ajax y ver al gigante Orión persiguiendo a las fieras que había matado en vida. En mitad de ese campo de asfódelos también se sitúa el palacio de Hades. Y durante los esponsales con Hades, tan solo las flores de los asfódelos mitigaron la desazón de Perséfone. Desde aquel aciago día, donde está ella, están los asfódelos.

Por ello, la presencia intangible de Perséfone entre nosotros, e incluso el momento exacto de su llegada a nuestro mundo, puede detectarse a poco que nos fijemos en el paisaje. Cada año, en lo más duro del invierno, los campos ven surgir de las entrañas de la tierra las inconfundibles hojas verdes y acintadas de los asfódelos: la flor favorita de Perséfone. Porque las hojas no brotan plácidamente: resquebrajan y rasgan la superficie de la tierra para emerger lenta, pero violentamente, llevándose por delante hasta las piedras que encuentran a su paso. Salen desde el mismísimo inframundo. Y es que los asfódelos son los heraldos de Perséfone en la tierra, cuando regrese a nuestro mundo durante la plácida estación primaveral.

Un halo de misterio rodea todo lo que tiene que ver con esta planta. Sus hojas verdes aparecen tanto en las planicies resecas por el sol, como en las zonas más oscuras donde casi no llega la luz. No hay herbívoro que se atreva a comerla. Acaso algún gazapo, tal vez un lebrato, le dará algunos mordiscos, pero lo indigesto de la planta quedará indeleble en la memoria del animal para el resto de su vida, y jamás volverá a acercarse a ella. Al poco de que el fuego haya consumido los montes, los asfódelos rebrotan en mayor número y con más brío, entre lo calcinado del resto de vegetación. Ni siquiera entonces el ganado le acercará el diente.

Los asfódelos se plantaban al lado de las tumbas, con la finalidad de que los fallecidos tuvieran alimento durante su tránsito. Pero esta planta también quitó el hambre de los vivos. Teofrasto afirmaba que numerosas partes de la planta son comestibles: el tallo o escapo frito, las semillas asadas y sobre todo los referidos tubérculos cortados, cocidos y mezclados con higos. En épocas de carestía en nuestra tierra, algunas de ellas relativamente recientes, volvieron a ser consumidas estas estructuras subterráneas, o sirvieron ocasionalmente para alimentar a animales domésticos como los cerdos.

Cuando Perséfone se reencuentra con su madre, los asfódelos florecen por doquier, con sus inconfundibles flores pálidas y estrelladas. Surgen agrupadas en el ápice del tallo o escapo, que se ha elevado más de un metro sobre la roseta basal de hojas. No hay planta, de las muchas de nuestros campos, que ofrezca semejante aspecto, entre irreal y onírico. Muchos vieron en estas varas el cetro simbólico de Perséfone y Hades, reyes del inframundo. Incluso parece que el nombre “asphodelus” con el que lo designaban los antiguos griegos procede precisamente de la palabra griega para cetro.

Al final del verano los asfódelos van marchitándose poco a poco. Las robustas hojas siempre verdes se han resecado y desaparecido; los tallos floríferos secos yacen tronchados por el viento o la mano de un niño; los esféricos frutos se han abierto para liberar las semillas, que volverán a lo más profundo de la tierra. Y es que el tiempo se le agota a Perséfone, que también deberá regresar al reino de Hades, dejando entristecida, una vez más, a su madre. En ese momento, los asfódelos se ausentarán totalmente sin dejar rastro alguno...

En definitiva, el mito del ocaso y renacimiento de la naturaleza, ligado de por vida a una de las plantas más evocadoras de la flora ibérica. Historias, leyendas, etimologías que hunden sus raíces en la noche de los tiempos y que en la Península Ibérica ha mantenido el bello término gamón (desaparecido del resto de Europa), con el que también se conoce al asfódelo en nuestra zona. Gamón que deriva del griego gamos, “matrimonio, unión íntima”, y que nos remite, de nuevo, a Perséfone y su eterno ciclo de vida y muerte.

En la mañanas brumosas de abril los claros del bosque se llenan de asfódelos, y entonces creo presentir la presencia de Perséfone entre las hayas. Y mi imaginación aguarda a que de un momento a otro aparezca, de entre las leves nieblas de abril, el gigante Orión, persiguiendo eternamente a los ciervos. 

Juan Goñi

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Poesía



¡Oh hermosura que excedéis!


¡Oh hermosura que excedéis
a todas las hermosuras!
Sin herir dolor hacéis,
y sin dolor deshacéis,
el amor de las criaturas.

Oh ñudo que así juntáis
dos cosas tan desiguales,
no sé por qué os desatáis,
pues atado fuerza dais
a tener por bien los males.

Juntáis quien no tiene ser
con el Ser que no se acaba;
sin acabar acabáis,
sin tener que amar amáis,
engrandecéis nuestra nada.


Santa Teresa de Jesús

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Dulce condena, aquella que cobija mi corazón...
Amor prohibido, dijeron algunos
pero, como tu decías
en el mundo de los sueños
todo está permitido
Y en ese mundo, te tengo a mi lado siempre...
Hasta que suena el despertador
mi ángel verde...

Pepa Moñino

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 Evocación

Hoy sé que los quebrados son olivos
cercados en el área de la escuela.
Hoy sé que llevan remo y blanca vela
los amados balandros adjetivos.

Hoy sé que aquellos tiempos están vivos,
que cada asignatura es centinela
que vigila un recuerdo y lo revela
con gesto y con presencia redivivos.

Me encontré solitario, inerte, ciego,
sin risueño pasado, sin el juego
alegre entre los vientos del verano,

y yo busqué en los álamos mi vida
y al no encontrarla la creí perdida,
y estaba aquí, al alcance de la mano. 




(De Prehistoria literaria, 1939) 


José Hierro


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Lo veo pasar a través de mi ventana
cada vez que cantan las aves con
la frescura de la mañana..

Escondida entre el cortinaje lo observo
caminar con su porte y linaje, que me llega
a cautivar y mi corazón agitar..

//
¿Quién será ese caballero? de grato estilo
y elegante sombrero, que dice a las damas
conquistar con tan sólo su mirar...

Palabras suele expresar, pues es un poeta,
escritor que forja versos y coplas delicadas,
inspiradas en amor...

//
¿Será verdad o será un rumor? Yo lo
quiero conocer. Sólo sé que tiene algo
seductor.
Porque es un trovador, bohemio, y soñador
que escribe liras, sonetos y prosas adornados
de claveles y perfumes mágicos de rosas.


19/04/2016

Autor Sandra Castro
Tegucigalpa (Honduras)
Derechos Registrados de Autor


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 Monologo de Segismundo

 Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.


Pedro Calderón de la Barca


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Soñar





Gracias por poder vivir
Gracias por poder soñar
Gracias por ser el dueño
De muchos sueños
Que aún se acunan en mí.

Mi perpetuo sueño sagrado
Mi fuego legendario amado
Fue por unos momentos apagado
Ahogado en chimeneas
Arrojados del tren de mi vida
En una estación sin rampas
Quedando en solitarios campos vacíos
En largas y obscuras noches
Como queda el ganado
A la intemperie, aislado.

Jamás supe la diferencia
Jamás supere la indiferencia
De mis pasos o de mi apariencia
En momentos difíciles, en momentos crueles
Del haber estado parado
A la izquierda, a la derecha
O tan solo haber estado en el medio
Hacinado, mezclado, entre maderos y clavos
Jamás supe verdaderamente
Donde debí estar en esos momentos parado.

Todo cambia
Todo pasa
Solo quedan recuerdos
Solo quedan diferencias
De sentirme humillado, esquilado, silenciado
Por momentos de la vida
Donde se pierden el orden y el equilibrio
Donde comienza los delirios
Que solo pueden ser salvados
Que solo pueden ser sanados
Por los rayos, de nuestra propia Gloria
Por nuestra naturaleza
Por nuestra propia Fe interna
Que en nuestras partes crece
Que es inmensa, que es eterna.

Cuando las risas se convirtieron en llanto
Cuando el amor se convirtió en esclavitud
Ahí comprendí el fin, de toda virtud
Ahí comprendí, como empieza a apagarse una historia
Ahí comprendí, que la vida es tan solo un poco de muerte
Es como por momentos cambiar de vagón
Viajar, como en un tren diferente
Y la maldad congela el corazón
Dejando de manera parcial y momentánea
Todo gesto humano, todo gesto de amor.

Y ahí nace un nuevo calor
Donde se germina el rencor
Donde se reproduce la insensibilidad
Donde ya no se siente a los Dioses
Donde ya no se reconocen Reyes
Donde ya no se reconocen Reinas
Solo hay alfiles y peones
Y el miedo, va más allá, de nuestra piel
Y convivimos…
Ancianos, Adultos, Jóvenes, Mujeres y Niños
Dentro de un racismo y un ostracismo indefendibles
Que terminan con sueños
Que arrastran penas
Para dar comienzo por momentos
A nuestra peor pesadilla.

Sé que el cielo los lloro
Sé que el cielo los llora
Sé que el cielo los llorara
De manera oculta y eterna
Preguntándose por siempre
Qué paso?
Y por qué paso?
Cómo un ser humano
Cómo un hombre
Se transformó en ese monstruo
Y su ambición, pisoteo la humildad
El respeto, las creencias, la verdad
Y le fue permitido.

Soñar…
A cien años luz de casa Soñar
Con un cielo que guarda silencio
Ante la extrema experiencia
Del odio, del uno sobre el otro.
Soñar…
Solo soñar.



Claudio Córdoba
Argentina

30/04/2016
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Oficio de poeta

Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.

Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.


José Agustín Goytisolo


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"Desde luego que para el arte, donde se tiene necesidad de tiempo, no estaría mal vivir más de una vida".
Vincent Van Gogh


 VAN GOGH



Al atardecer
Van Gogh aparece,
en las hélices del viento
cortado y sin aliento.
Fragua otros girasoles
entre las campiñas holandesas.
Su riqueza,
son los bolsillos austeros,
su turbación los espejismos
de su mente;
camina desolado con las manos,
habitadas de tempestades.
Las calles,
lo conectan con la realidad
que deforma su mirada.
Es hombre,
artista un grito desarmado
de su inconformismo.
Deja los colores en alquiler;
tiene hambre de razones
no es demente reservado,
es un pintor enfundado de ingenio
que no lo toma, a la ligera,
tiene esperanzas, que deja secar
en el caballete.
Van Gogh abandona la noche,
maldice, alucinando,
entre las tinieblas de sus tormentos.



Yaneth Hernández.
Venezuela.
Derechos reservados.


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LA REINA


Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas.
Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas.
Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce.
Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo
que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.

Y cuando asomas
suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas,
y un himno llena el mundo.

Sólo tú y Yo,
sólo tú y yo, amor mío,
lo escuchamos.


Pablo Neruda


 *****

Cuando se juntan las tardes y no alcanzo a guardar tu recuerdo. Es cuando me acusa una ráfaga de culpas. No hallo perdón para el luto de tu ausencia. Solo una piel escamosa; que cubre sin cesar... El rio de lágrimas que pastan en un charco de penas. Contoneándose como en una estéril campanada. ..Que se apea del viento...y aletea su agonía...en m universo. 90
***
Llevar en los hombros un amor así como si fuera una espada clavada en el alma. Es como ver sangrar a dios, y agonizar con él... Es como si al resolverse en sonido...la voz de ese nuestro dios...saliera en asombro... Del silencio que mora. En la fosa de mi última oración. Y el milagro de tu sonrisa... Empezara a florecer lentamente... En la luz de un ama9ecer secreto... Esculpí do en el viento. 91
***
El canto de las aves; allá afuera en la mañana. Despierta mis sentido aún dispersos en tu sueño. Y el dulce de tu boca impregnado aún en nuestra almohada. Como un perfume austero en el viento. Vuelve loco mi silencio...mi corazón te llama . Acariciando en la nada... La silueta esbelta de tu sonrisa...y el rocío anónimo de una lágrima.92
***
Te sigo amando te dije aquel día. No lo creíste o no quisiste escuchar te sigo amando repito hasta hoy. Como un eco profundo. Que se ancho en compañía paralela al tiempo. Se repite. Sanando toda herida. Se repite salpicando las cosas que obtuve pensando en tu compañía. Y el per fume de tu recuerdo. Llena de color... La celda donde te aguardan mis versos... 93
***
Quisiera. Abrir lentamente el corazón del silencio. Arrancar le tu nombre, y cuál si fuera una sinfonía. Conectarlo a mi suspiro. Para que se oiga; aunque sea lejano... El latido. Quisiera. Que la lluvia pasajera, no deje lágrimas de dios  en el ver de pasto de mis rezos. Quiero tanto que no quiero. Que se pierda mi voz; camino de la ago nía...en el último peldaño...del púlpito del tiempo. 95
***
Nunca hubiera aceptado. Que una simple sonrisa podría cambiar el mundo. Jamás. Pero llegaste tú. Con tu piel húmeda. Los cabellos sueltos; ultrajados por el viento. Llenando vacios de sombras. Con la luz plástica de tu mirada. Llegas te para quedarte y no me quedó más remedio. Que entregarte mi destino envuelto en un hato de suspiros. 96
***
Si en cada estrella del cielo hubiera un verso para ti...entonces necesitaría la misma cantidad de cielos como estrellas hay en mi mente cuando te extraño.


Aníbal Zúñiga Vargas 

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Hombre que mira a la luna


Es decir la miraba porque ella
se ocultó tras el biombo de nubes
y todo porque muchos amantes de este mundo
le dieron sutilmente el olivo

con su brillo reticente la luna
durante siglos consiguió transformar
el vientre amor en garufa cursilínea
la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli

cuando los amantes ricos la miraban
desde sus tedios y sus pabellones
satelizaba de lo lindo y oía
que la luna era un fenómeno cultural

pero si los amantes pobres la contemplaban
desde su ansiedad o desde sus hambrunas
entonces la menguante entornaba los ojos
porque tanta miseria no era para ella

hasta que una noche casualmente de luna
con murciélagos suaves con fantasmas y todo
esos amantes pobres se miraron a dúo
dijeron no va más al carajo selene

se fueron a su cama de sábanas gastadas
con acre olor a sexo deslunado
su camanido de crujiente vaivén

y libres para siempre de la luna lunática
fornicaron al fin como dios manda
o mejor dicho como dios sugiere.


Mario Benedetti


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Hoy me encierro con mis letras,
con esos alborotos que mis musas llevan,
con el sonido del viento, empujando en mi puerta;
con mi pluma azul grana, que encarnan mis letras.

De aroma de canela se impregnaron mis poemas,
balanceándose en mi cabeza, como ramas de olivo
en los campos de mi tristeza;
Que buscan afanosamente la rima y el fonema.

Mis musas se duermen, dejando morir mis letras,
me siento desnuda y abatida ante ellas,
la melancolía se desliza, arrugando el papel de seda,
y mi mente gime y protesta ante tanta crudeza.

Cómo renunciar a ellas, si mi corazón late en el
pulular de mis letras.
si en cada rincón de mi alma, florecen cómo
estrellas, si en la cola del viento viajó con ellas.

Se apago la luna, y el sol llora su pena,
por los versos olvidados de una poeta,
que dejó de existir, cuando se marcharon
sus letras.



Olivia Cortes Rubio
D.R.A 16/5/2016
Málaga///España


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Ilusiones


Venid a mi sonriendo y placenteras,
Visiones que en la infancia he idolatrado:
¡Oh recuerdos! mentiras del pasado.
¡Oh Esperanzas! mentiras venideras!

Ya que huyen mis lozanas primaveras
Quiero ser por vosotras consolado,
En un mundo fantástico, poblado
De delirios, de sombras y quimeras,

Mostradle horrible la verdad desnuda
A los que roben, de su ciencia ufanos
A todo lo ideal su hermoso aliño;
Pero apartadme de su estéril duda;
Y, aunque me cubra de cabellos canos.
Dejadme siempre el corazón de un niño.


Carlos Augusto Salaverry


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PESCADORA DE ILUSIONES
(GLOSA)




Hoy en la playa la vi, entretejiendo su red de nácar y esperanzas
Preñada de sueños inconclusos, de promesas vacías, sinsabores.
Hoy vi que se echó muy temprano a la mar, hambrienta de bienaventuranzas,
Hastiada de que todos le llamasen la gran pescadora de ilusiones.

Disfruté volverla a ver. Extrañaba escucharle sus tantas añoranzas
Aquellas que yo dejé de disfrutar a razón de mis tantas labores;
Y, tras un tormentoso e “inolvidable” regreso de las islas Azores
Hoy en la playa la vi, entretejiendo su red de nácar y esperanzas.

Otrora dueña de una flota que levantó a punta de arduas pujanzas
Conoció a un tercio que la sacó de su mundo de rayas y mejillones:
Se casó con él y la abandonó luego de dejarla, por sus finanzas,
Preñada de sueños inconclusos, de promesas vacías, sinsabores.

Sin hijos ni herederos, se dio al descuido de las fiestas, los licores;
Y, entre trago y trago, empezó a extrañar sus frías noches de desveladas.
Decidió un buen día retomarlas y, como en ningunas otras ocasiones,
Hoy vi que se echó muy temprano a la mar, hambrienta de bienaventuranzas.

Sabrá dios cuándo volverá de atravesar tormentas y mil marejadas;
Lo que sí sé es que al observar el piélago de estrellas y sus fulgores
Sé que debe de estar matando a mil piratas a punta de puñaladas
Hastiada de que todos le llamasen la gran pescadora de ilusiones.



AUTOR: ERRM
LUNES, 01 DE JUNIO DE 2015
poemarioadulto.blogspot.com

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Desnudez total


Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.

La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.

Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y una espera insensata.

Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.

Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz rechazada.



Idea Vilariño

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SABANAS MOJADAS





Una tenue luz
cruza por la estancia
dulce aroma de mujer
mezclada con tu piel
velas gastadas
humeantes inciensos enlazando figuras al
compás, de una melodía sonando
desde el principio
al final de nuestro
momento
tan esperado
tan deseado
tan tuyo
tan mío
tan nuestro...
escenas eróticas
sin precedentes
alguno, únicas
por excelencia
apasionadas formas
de quererte, de amarnos
un beso, lento
se entrecorta la respiración
se aceleran los
corazones
suaves contactos
de roces perfectos
en el momento
adecuado, en el lugar
más acertado,
enredados en los
placeres por descubrir
inventando maneras
de amar,
de amarte
de amarnos...
beber de tus gemidos
abrazar tus prominencias
gozar de tus labios
siguiendo la silueta
de tu cuerpo con los
míos.
Rendirnos a tanta intensidad, descansar en las sabanas húmedas, agotados,
extasiados, empapados, destensados, satisfechos, culminados,
fulminados de placer.



Autora Margarita Cruz
15/05/2016.
Barcelona.



*****
  
*****


Canciones a Guiomar


No sabía
si era un limón amarillo
lo que tu mano tenía,
o un hilo del claro día,
Guiomar, en dorado ovillo.
Tu boca me sonreía.
Yo pregunté: ¿qué me ofreces?
¿Tiempo en fruto, que tu mano
eligió entre madureces
de tu huerta?
¿Tiempo vano
de una bella tarde yerta?
¿Dorada ausencia encantada?
¿Copia en el agua dormida?
¿De monte en monte encendida,
la alborada
verdadera?
¿Rompe en sus turbios espejos
amor la devanadera
de sus crepúsculos viejos?


Antonio Machado


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Entre amor y distancia,
espera  el sexo
ansiando cercanía...

¿Quién te reclama en sueños
dulces caricias?

Vida, mal lance
el azar de tus dados:
Creerte  Dios
alejando los hados.

Miguel Ángel S. L.



*****



Yo no puedo tenerte ni dejarte...


Yo no puedo tenerte ni dejarte,
ni sé por qué, al dejarte o al tenerte,
se encuentra un no sé qué para quererte
y muchos sí sé qué para olvidarte.

Pues ni quieres dejarme ni enmendarte,
yo templaré mi corazón de suerte
que la mitad se incline a aborrecerte
aunque la otra mitad se incline a amarte.

Si ello es fuerza querernos, haya modo,
que es morir el estar siempre riñendo:
no se hable más en celo y en sospecha,

y quien da la mitad, no quiera el todo;
y cuando me la estás allá haciendo,
sabe que estoy haciendo la deshecha.


Sor Juana Inés de la Cruz

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 Entrega.






Observo la luna blanca
Sus rayos bañan este cuerpo
Que hace un momento
Tú, has desnudado con la mayor ternura,
sin yo percibir el momento en que
mi bata cayó al suelo, sin ruido alguno.
Aun mi cuerpo siente las caricias de tus
manos, la delicadeza al rodear mi cuerpo
y amarme como tú lo haces.
La entrega de nuestros cuerpos
unidos en perfecta armonía
me transportas en un gemido,
al cielo amor mío,
Te amo.
Tuya soy, en esta paz,
de nuestra alcoba.
Amo, este respirar tuyo,
tranquilo, después de amarnos.
Mirarte como te deslizas, en nuestro lecho
Mirándote mientras duermes, con la tenue luz
de esta luna que abraza tu cuerpo desnudo,
Confieso algo cristalino salió de mis ojos
Si lágrimas de amor al verte
Bajo ese sueño infinito que llega
después de la entrega
Y saberte mío...
No supe a qué hora concilie el sueño
Solo sé que sabiéndote a mi lado,
El sueño llego a mí,
Con tu respirar en mi oído
De pronto desperté al escuchar tu voz
Me diste un beso
Y un Buenos días, amor
Abrazándote a mi cuerpo.


Autora: Yram Salinas
Todos los
Derechos Reservados

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Hora tras hora, día tras día...



Hora tras hora, día tras día,
entre el cielo y la tierra que quedan
eternos vigías,
como torrente que se despeña,
pasa la vida.
Devolvedle a la flor su perfume
después de marchita;
de las ondas que besan la playa
y que una tras otra besándola expiran.
Recoged los rumores, las quejas,
y en planchas de bronce grabad su armonía.
Tiempos que fueron, llantos y risas,
negros tormentos, dulces mentiras,
¡ay!, ¿en dónde su rastro dejaron,
en dónde, alma mía?


Rosalía de Castro

 *****

¿Aún te preguntas que se esconde detrás mis lágrimas?




Te lo diré aunque te dé más explicaciones de las que deba.

Detrás de mis lágrimas no se esconde tristeza, ni enojo, ni enfado se esconde un sentimiento que tarda más en curarse que cualquier otro, la decepción.
Estoy decepcionada porque ya no eres la persona que conocí, eras noble, Cortés, educado y todo un caballero, siempre me hacías sonreír.
Ahora en cambio siempre estas enojado y todo te molesta, no pasa ni un sólo día que no discutamos.
Creí que el silencio era el mejor de los reproches pero ahora sabes que se esconde detrás de mis lágrimas y de mis silencios, ya que a partir de ahora serás una silla vacía en el comedor de mi casa.
De todo corazón tú poeta....

Víctor Rodríguez Bello


*****


Corriendo van por la vega

Corriendo van por la vega
a las puertas de Granada
hasta cuarenta gomeles
y el capitán que los manda.
Al entrar en la ciudad,
parando su yegua blanca,
le dijo éste a una mujer
que entre sus brazos lloraba:
«Enjuga el llanto, cristiana
no me atormentes así,
que tengo yo, mi sultana,
un nuevo Edén para ti.
Tengo un palacio en Granada,
tengo jardines y flores,
tengo una fuente dorada
con más de cien surtidores,
y en la vega del Genil
tengo parda fortaleza,
que será reina entre mil
cuando encierre tu belleza.
Y sobre toda una orilla
extiendo mi señorío;
ni en Córdoba ni en Sevilla
hay un parque como el mío.
Allí la altiva palmera
y el encendido granado,
junto a la frondosa higuera,
cubren el valle y collado.
Allí el robusto nogal,
allí el nópalo amarillo,
allí el sombrío moral
crecen al pie del castillo.
Y olmos tengo en mi alameda
que hasta el cielo se levantan
y en redes de plata y seda
tengo pájaros que cantan.
Y tú mi sultana eres,
que desiertos mis salones
están, mi harén sin mujeres,
mis oídos sin canciones.
Yo te daré terciopelos
y perfumes orientales;
de Grecia te traeré velos
y de Cachemira chales.
Y te dará blancas plumas
para que adornes tu frente,
más blanca que las espumas
de nuestros mares de Oriente.
Y perlas para el cabello,
y baños para el calor,
y collares para el cuello;
para los labios... ¡amor!»
«¿Qué me valen tus riquezas
-respondióle la cristiana-,
si me quitas a mi padre,
mis amigos y mis damas?
Vuélveme, vuélveme, moro
a mi padre y a mi patria,
que mis torres de León
valen más que tu Granada.»
Escuchóla en paz el moro,
y manoseando su barba,
dijo como quien medita,
en la mejilla una lágrima:
«Si tus castillos mejores
que nuestros jardines son,
y son más bellas tus flores,
por ser tuyas, en León,
y tú diste tus amores
a alguno de tus guerreros,
hurí del Edén, no llores;
vete con tus caballeros.»
Y dándole su caballo
y la mitad de su guardia,
el capitán de los moros
volvió en silencio la espalda.



José Zorrilla


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Mi escaso el vocabulario




Caminando lentamente hacia el nuevo día
Pensando tan solo en cómo decirte te amo
tu voz me reconforta y se hace melodía
y en mi mente el tenerte te reclamo.

Mientras se me quedan cortas las palabras,
y pequeño y escueto el vocabulario,
Quisiera inventar mil abracadabras
Y escribir tu nombre en cada hoja del diario.

Y rebuscando no encuentro la manera
Tendré que inventar nuevos modelos
Palabras que me lleven a tu vera
Aun en sueños transitando por los cielos.

Y como hacerte sentir todo mi amor
si te digo que te amo, cada día
y pienso que de tanto decirlo mi candor
Te pueda aburrir esta repetida melodía.

Pero no logro encontrar otra manera
Mi amor por ti cada día va en aumento
Este amor, que sin límite ni barrera
Me abruma por tenerte al momento.

Y se me queda tan escaso el vocabulario
Las palabras parecen que perdieron el sonido
Mientras busco cada letra en mi diario
Te reclamo con locura y sin olvido...



Francis Falcón.
25-04-2016


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Canción a una muchacha muerta


Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.
Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva sólo un pájaro o mano.
Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.
Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.
Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde sólo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.
¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!


Vicente Aleixandre 

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 “Rosas Negras”




Cuanto lamento el día que te perdí,
el Cielo oscuro y las nubes gris,
hubiera sido mejor morir,
mientras mis ojos ya cansados de llorar,
han perdido su encanto,
la soledad que hoy embarga mi vida,
y en mi corazón,
ya marchito por el dolor,
han crecido rosas negras,
rosas negras de tristeza y desolación,
cuanto lamento tu adiós,
como añoro su perdón,
solo ruego a mi alma que ella comprenda,
que como ser humano le falle,
aunque muy caro estoy pagando,
mi gran error de ayer.



Edwin Cruz Villegas


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Horno y luna

Octava XXXV


Hay un constante estío de ceniza
para curtir la luna de la era,
más que aquélla caliente que aquél iza,
y más, si menos, oro, duradera.
Una imposible y otra alcanzadiza,
¿hacia cuál de las dos haré carrera?
Oh tú, perito en lunas, que yo sepa
qué luna es de mejor sabor y cepa.


Miguel Hernández

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ME ROBASTE EL ALMA 





Robaste mi alma, con tu gran ternura.
Con versos y melodías yo siempre soñaba.
Jugaban en mi mente, en la noche oscura.
Abrigando una esperanza, yo me enamoraba!

Quisiera imaginar que esa vez, me sentí querida.
Fueron palabras dulces, que yo recordaba!
Donde vuelan los sueños, me sentí perdida.
Navegue distante, con la mirada empañada.

Solo los recuerdos, vienen a torrentes.
Inundando el oasis, de mi corazón.
Antes de partir, nos sentíamos valientes.
De la mano unidos, sin perder la ilusión!

En las noches pienso, morir de a poco.
Engañada anhelo, que regresas a mí.
A Dios le pido y tu nombre invoco.
Tristeza siente mi alma y sufre por ti!

Estas letras vuelan, están sin regreso.
Confiando que algún día, tú las leas.
Gotas de lluvia ruedan, por un dulce beso.
Mitigar el cariño ausente, aunque no lo creas!



Autor@! Consuelo Amaya

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AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra, que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera;

mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía;
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa;

Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrán sentido.
Polvo serán, mas polvo enamorado.



Francisco de Quevedo y Villegas



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 MUERTE EN VIDA



Mira su imagen y
no es ella,
se ve reflejada
pero
no ve la realidad,
aunque ella lo crea así.

Va perdiendo su vida
felicidad es lo que siente,
es una incomprendida,
lo hace porque quiere,
aunque nadie lo entienda.

Así
hasta que se da cuenta de su error
y la desesperación la atrapa.

Así
empieza su calvario,
sufriendo y en silencio,
pues nadie entiende que
agreda su propio cuerpo
y su vida,
aunque a ella no se lo parezca.

No sabe qué hacer,
no entiende lo que le pasa,
su autoestima
fue
el principio de todo,
fue
el principio del fin.

Con ayuda salió de esta,
por fin,
vio la luz, y
entendió que
la vida
es demasiado bonita
para malgastarla
¡ASÍ...!


Paqui Martínez.

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Palabrejas




EL NÚMERO TRECE

El número 13 viene del latín tredecim (trece) con caída de la d intervocálica y de la labial final y apertura de la i. 

Este numeral latinoes un compuesto de la raíz de tres, tris (tres), que se asocia a la raíz indoeuropea trei-(tres). El segundo elemento es el numeral decem (diez), asociado a la raíz indoeuropea dekm-

Curiosa y disparmente, a lo largo de la historia y en distintas culturas se ha asociado este valor bien con la mala suerte, bien con cuestiones de tipo sagrado. Así, por un lado, por ejemplo para los mayas era una cifra sagrada porque representaba las trece fases de la lunares; enlas culturas orientales el trece es un número divino y en ocultismo, se considera al 13 como símbolo del Cristo.

Pero, por otro lado, por ejemplo en el judaísmo es considerado de mal augurio pues trece eran los espíritus relacionados con el mal; y lo mismo sucede en la creencia nórdica en el que éste número es el que identifica a una deidad maligna llamada Loki. Y de hecho, en casi todos los países occidentales está muy arraigada esta superstición, que parece ser surge del hecho que en la Última Cena, se sentaron trece personas y una de ellas, fue la que traicionó a Jesucristo.

En el Tarot el número 13 se interpreta  como la muerte y es trece también el número total de participantes en un aquelarre (doce brujas y el mismo Satán)

El trece, que contiene como hemos visto en su origen etimológico, el tres (símbolo de ternario, de la unidad que se alcanza tras superar la dualidad) y el diez (1 y 0, la unidad expandida) ha dado lugar a ser considerado un número maléfico o benéfico. No es de extrañar, pues como siempre, todo va a depender de la perspectiva desde donde se mire: el trece puede simbolizar la muerte, pero también el renacimiento, el cambio de un estado a otro. En el fondo es lo mismo: la muerte no deja de ser un cambio; y si se quiere dar un paso, cambiar…necesariamente se ha de “morir” a lo anterior.






¡Trece de abril ya!... ¡Quién lo diría!
Llevo en esta prisión un mes y un día,
sin por nadie saber lo que acontece...
¡Y hoy es martes, gran Dios!... ¡Martes y trece!
¿Por qué el terror invade el alma mía?
¿Por qué me inspira un miedo extraordinario
esa cifra, ¡ay de mí!, del calendario?
¡Ah no, cifra fatal!... No humillaréis
el valor de Don Mendo; no podréis;
todos iguales para mí seréis...
¡Trece, catorce, quince y diez y seis!...

[Pedro Muñoz Seca:
La venganza de Don Mendo,
Jornada segunda, escena 1a]



Etga Peros
Mayo 2016

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Relatos

Relatos de primavera

Laura


Empezó el día igual que cada uno de los anteriores, para Laura ningún amanecer había vuelto a ilusionarla, a ser distinto,  desde que la soledad era la única compañía que se permitía. 
Hoy nada cambio, tomó café en el bar de costumbre, servido por el desganado camarero de siempre; compró el periódico en el mismo kiosco y lo ojeo indiferente sintiendo que las noticias eran las mismas de  aquel fatídico día en que maldijo a su amante por abandonarla.
Días después, tras el entierro, fue cuando se aisló de todos y de todo, incluso del tiempo y del pensamiento. Pero es difícil dejar de pensar y evadirse del tiempo; cada maldición que salió de sus labios aquel día la golpeaba sin compasión y el tiempo no pasaba, seguía detenido, pálido como la lividez inerte del cadáver donde dejo todas sus lágrimas.
En el mismo minuto que ayer se levanto del banco y comenzó a caminar, sin rumbo  por las calles que guardaban sus pasos,  con esa cadencia que sin ser rápida  tampoco es lenta, hasta que las piernas sintieron el cansancio, entonces abandono la mirada perdida  y espero bajo la marquesina de la parada  la llegada del autobús en que regresar al punto de partida. 
Al subir al autobús cruzaba la mirada, que no la palabra, con el conductor. Si había sitio libre, atrás del autobús, se sentaba sino permanecía de pie en la plataforma y se pasaba de parada o no llegaba apeándose en la de antes.
Aquel día de ya hace unos años se termino un mundo que había nacido unos pocos años antes. Decía Laura  que por casualidad pero, como siempre,  hubo una causa origen de  la casualidad y, en este caso la causa, fue la sonrisa y apostura campechana  que le declamaba con aplomo y soltura  sonetos de amor. Sus preferidos eran los de Petrarca para Laura y Laura, que entonces no se llamaba Laura, se cambio el nombre porque esos sonetos la hacían volar y por amor, se enamoro como se enamoran los que aman sin pensar en nada más, él le decía que era el amor de su vida  pero nunca hizo intención de vivir con ella y ella ciega de amor nada le exigió.
Y ahora todo es igual y si no lo es ella hace que lo sea cerrando los ojos y rememorando cada detalle tal cual estaba en aquel  entonces  del que huyó y no quisiera  recordar. Zumbaban en su oído los versos de Petrarca que le recitaba y volvía a llorar. ¡No quiero llorar! Se gritaba, mas nadie prestaba atención a sus ruegos. Nadie escuchaba sus gritos y eso la desesperaba más de lo que nunca permitió que la desesperasen. 
Vuelve la mirada cuando la miran. No busca compasión que es lo más que saben ofrecerle quienes se fijan en la pena de su rostro. No quiere encontrar, quiere que todo vuelva a ser igual que era entonces y lo pide con vehemencia al Dios en el que dejo de creer aquel fatídico día. Quiere las caricias de su voz rizándole las entrañas con la pasión del alma al clarear el alba.
Y cuando llega a su habitación, se deja caer en la cama de donde ya no se levantara hasta que por la mañana tomé café en el bar de costumbre…  y después acompañada por la indiferencia y la amargura ojeé  el periódico en busca de la noticia… y vuelva recorrer  las calles por las que paseaban de su mano esperando encontrarse con él. 

Mayo 2016
*****


Tiempos grises amores tristes

Era verano de cálidos vientos. No había llovido en exceso y la fruta aún olía a fruta. Los senderos de San Macario destilaban aroma a pino y jaral. Los regatos cantarines. El frescor de las huertas. Y la luna anaranjada dejaba penumbras misteriosas tras las peñas camino del cenit. Arriba el árbol de la vida, aún nadie lo llamaba así, crecía donde era imposible crecer. Le acompañaba una pareja de águilas y el canto de las cabras. 
Por allí ya no andan las cabras ni vuelan las águilas. No se escucha la campana, el campanario dejaron sin ella. En el borde de las aguas la “roña” de los pinos hace caminos. Y los “fantasmas” siguen haciendo recortes a la luna como aquel día que nació como cualquier otro y se hizo principio del amor caminando hasta más allá de la vida.
Era  verano, poco antes de la romería. El viento silbaba entre las peñas. Los rayos sorteaban los pinos iluminando el retumbar del valle.  Guarecidos en el  chamizo de la huerta  les llego la noche y no la vieron. Al primer rayo de luna, el aullido del lobo les despertó de su donosura. Bajaron corriendo  y al alcanzar la primera calleja del pueblo se separaron.  
Las encinas de la dehesa parecían alegres. Cien sonidos cantarines las iluminaban. Por el arcén venia una bicicleta. ¿Quién se parará? No tenía prisa aunque aparentase tenerla, además él circulaba por la izquierda  y ella debía circular por  la derecha de la calzada. No dio tiempo a pensar por segunda vez, ¿Quién se parará?, la bicicleta cayó y se abrazaron.
Pasaban días, pasaban meses, pasaron años de encuentros furtivos por las conveniencias de las apariencias, No te conviene fulana. Mengano hereda cinco quiñones  en la horadada. Tratos de tratante bendecidos de impostura.
Andando se iba y se volvía. Frio de invierno. Calor de verano. Cantaba la radio. Domingos de corbata. Mantilla en las fiestas. Paseos de aire en medio. Bailes distantes a media tarde. No comulga. Mala conciencia. No guardaste la honra. Pecado capital. Absurda penitencia.
El pregonero pregonaba lo que el alcalde mandaba. Ha llegado el coche de la capital con el correo. Coplas rondando las copas. Trabajo sin descanso. Vamos donde el álamo.  Qué lejos quedan tus labios. No sabía decir sonetos pero era dulce su palabra. Ella destilaba poesía. 
El cantar de los cantares ya cantó Teresa. Por la Virgen del Cubillo va escapando el verano. Festejo milagrero al otro lado de la cuerda. Si le pides te dará si cumples lo que das. La doctora de la Iglesia cantando el amor. Inocente pregunta la niña. Inocente son las almas. Tiempos grises de amores tristes rogando a la Virgen. 
Ya se fue el verano y entro con ganas el otoño. Se adormecen los árboles y recolectan las ardillas. Nísperos salteados. Abrígate que viene cierzo. Se fueron las cigüeñas. Nevara antes de tiempo. Gritaran las urracas y no dejaran de gritar mientras vivan. Se agradece el brasero. Cierra la contraventana que es noche apagada. Está raso. Dónde están las estrellas. Atranca la puerta que ya están todos. Y las urracas seguirán chillando. 
No repicaron las campanas. Nadie tiro cohetes. Nadie salió a la puerta. Tras las ventanas murmullos. Todos sabían y todos se escondían. Sermones de madres. 
Negro el vestido, negra la mantilla. Las doce, hora de las brujas,  suenan en el reloj de la plaza. Boda sin misa, clandestina premisa. 

24/05/2016


 ***


Tan cerca y tan lejos



Todo estaba tan cerca y se fue tan lejos que no volví a alcanzarlo con la vista. Te miran de arriba abajo, normalmente por encima de las gafas, después te interrogan fríamente. A ojo te calculan el tiempo y sin recato te responsabilizan de su fracaso, ponen la venda antes de que haya herida por aquello de curarse en salud. Salud, maldita sea, dejarme morirme como me dé la gana. Morirse no es ninguna felicidad pero elegir como quiero vivir es mi derecho y como tal lo ejerzo como mejor me va a mí.

Todo empieza por un “hay que cuidarse” o “si Vd. no se cuida…” Que suele ir con la apostilla de “ya te lo dije…” ¿Pero para qué hay que cuidarse? Se alcanza algo que no sepamos por llegar a esa edad en la que ya no eres ni persona, un simple muñeco al que todos tratan como un crio que molesta.  Pues me niego a cuidarme porque es mi derecho en no querer hacerlo. Y todos dirán que no tienes derecho a hacerles no sé qué…  Todos son los mismos que cada día te amargan un poco más la existencia y los que dirán afligidísimos “qué bueno era” mientras te cubren de tierra.

Pues si era tan bueno ¿por qué no lo demostrasteis dejándome vivir como yo quería vivir?

Paseaba siguiendo la tapia de ladrillo, que se me hacia interminable, en busca de la puerta por la que entrar al paraíso del silencio, donde el murmullo de las ramas acompaña más que la palabra que no sabe hilvanar un pensamiento positivo, y a mis pies llego un papel que volando trajo el viento, lo recogí, era un folleto publicitario, ofrecían viajes gratuitos por las cuadriculas celestiales. 

Me pregunté en  qué clase de hoteles hospedarían, el prospecto no lo decía. Y que se sepa a la luna fueron, la pisaron y luego se olvidaron de ella, era demasiado el coste de una cabaña con vistas a los cráteres de la cara oculta. Posiblemente era un viaje sin etapas ni retorno que al fin es a lo que aspiramos, partir sin mochila y sin volver la vista en busca de nuevas emociones para no olvidar las antiguas desilusiones.
Aquel hombre fue libre lo que le dejaron. Pudo haberlo sido más pero siempre había un pero que tener en cuenta porque si de algo se preocupaba es de no hacer daño a los demás, aunque claro está que si es casi imposible para la santidad para quien vive a ras de tierra es imposible, los hombres tienen la obcecación de ver maldad donde hay bondad y por supuesto ver bondad donde la maldad reina.
Y aquel hombre fue libre en el refugio de lo imperceptible. Siempre acompañado de la soledad y amando el silencio, acompaño sus sueños de palabras en papeles sueltos que al final perdía en el fondo de cualquier bolsillo convertidos en celulosa por la lavadora que nunca se paraba a mirar los bolsillos antes de soltar el chorro de agua.

Aquel hombre pensaba, involuntariamente y más a menudo de lo razonable, en inventar la maquina en la que meter a los hombres y desintegrar, como la lavadora hacia con los papeles que olvidaba en los bolsillos, la estupidez con la que se vestían en la mayoría de las ocasiones sin saber que la vestían, lo que ya no podía asegurar que el método fuera efectivo.

Y todo estaba cerca y se fue tan lejos. Y aquel hombre amo y odio a partes iguales el espejo por el que nunca pudo pasar en busca de Alicia.

27/05/2016

Miguel Ángel S. L.



*****






*****
Poesía

El Cristo de Velázquez
Miguel de Unamuno 
 (1864–1936)


Cristo de Velazquez  (Museo del Prado)



¿En qué piensas Tú, muerto, Cristo mío?
¿Por qué ese velo de cerrada noche
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno cae sobre tu frente?
Miras dentro de Ti, donde está el reino
de Dios; dentro de Ti, donde alborea
el sol eterno de las almas vivas.
Blanco tu cuerpo está como el espejo
del padre de la luz, del sol vivífico;
blanco tu cuerpo al modo de la luna
que muerta ronda en torno de su madre
nuestra cansada vagabunda tierra;
blanco tu cuerpo está como la hostia
del cielo de la noche soberana,
de ese cielo tan negro como el velo
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno.

Que eres, Cristo, el único
hombre que sucumbió de pleno grado,
triunfador de la muerte, que a la vida
por Ti quedó encumbrada. Desde entonces
por Ti nos vivifica esa tu muerte,
por Ti la muerte se ha hecho nuestra madre,
por Ti la muerte es el amparo dulce
que azucara amargores de la vida;
por Ti, el Hombre muerto que no muere
blanco cual luna de la noche. Es sueño,
Cristo, la vida y es la muerte vela.
Mientras la tierra sueña solitaria,
vela la blanca luna; vela el Hombre
desde su cruz, mientras los hombres sueñan;
vela el Hombre sin sangre, el Hombre blanco
como la luna de la noche negra;
vela el Hombre que dió toda su sangre
por que las gentes sepan que son hombres.
Tú salvaste a la muerte. Abres tus brazos
a la noche, que es negra y muy hermosa,
porque el sol de la vida la ha mirado
con sus ojos de fuego: que a la noche
morena la hizo el sol y tan hermosa.
Y es hermosa la luna solitaria,
la blanca luna en la estrellada noche
negra cual la abundosa cabellera
negra del nazareno. Blanca luna
como el cuerpo del Hombre en cruz, espejo
del sol de vida, del que nunca muere.
Los rayos, Maestro, de tu suave lumbre
nos guían en la noche de este mundo
ungiéndonos con la esperanza recia
de un día eterno. Noche cariñosa,
¡oh noche, madre de los blandos sueños,
madre de la esperanza, dulce Noche,
noche oscura del alma, eres nodriza
de la esperanza en Cristo salvador!

ALBA

Blanco estás como el cielo en el naciente
blanco está al alba antes que el sol apunte
del limbo de la tierra de la noche:
que albor de aurora diste a nuestra vida
vuelta alborada de la muerte, porche
del día eterno; blanco cual la nube
que en columna guiaba por el yermo
al pueblo del Señor mientras el día
duraba. Cual la nieve de las cumbres
ermitañas, ceñidas por el cielo,
donde el sol reverbera sin estorbo,
de tu cuerpo, que es cumbre de la vida,
resbalan cristalinas aguas puras
espejo claro de la luz celeste,
para regar cavernas soterrañas
de las tinieblas que el abismo ciñe.
Como la cima altísima, de noche,
cual luna, anuncia el alba a los que viven
perdidos en barrancos y hoces hondas,
¡así tu cuerpo níveo, que es cima
de humanidad y es manantial de Dios,
en nuestra noche anuncia eterno albor!

ORACIÓN FINAL

 Tú que callas, ¡oh Cristo!, para oírnos,
oye de nuestros pechos los sollozos;
acoge nuestras quejas, los gemidos
de este valle de lágrimas. Clamamos
a Ti, Cristo Jesús, desde la sima
de nuestro abismo de miseria humana,
y Tú, de humanidad la blanca cumbre,
danos las aguas de tus nieves. Águila
blanca que abarcas al volar el cielo,
te pedimos tu sangre; a Ti, la viña,
el vino que consuela al embriagarnos;
a Ti, Luna de Dios, la dulce lumbre
que en la noche nos dice que el Sol vive
y nos espera; a Ti, columna fuerte,
sostén en que posar; a Ti, Hostia Santa,
te pedimos el pan de nuestro viaje
por Dios, como limosna; te pedimos
a Ti, Cordero del Señor que lavas
los pecados del mundo, el vellocino
del oro de tu sangre; te pedimos
a Ti, la rosa del zarzal bravío,
la luz que no se gasta, la que enseña
cómo Dios es quien es; a Ti, que el ánfora
del divino licor, que el néctar pongas
de eternidad en nuestros corazones. 

 … 

¡Tráenos
el reino de tu Padre, Cristo,
que es el reino de Dios reino del Hombre!
Danos vida, Jesús, que es llamarada
que calienta y alumbra y que al pábulo
en vasija encerrado se sujeta;
vida que es llama, que en el tiempo vive
y en ondas, como el río, se sucede.


...


Avanzamos, Señor, menesterosos,
las almas en guiñapos harapientos,
cual bálago en las eras --remolino
cuando sopla sobre él la ventolera--,
apiñados por tromba tempestuosa
de arrecidas negruras; ¡haz que brille
tu blancura, jalbegue de la bóveda
de la infinita casa de tu Padre
--hogar de eternidad--, sobre el sendero
de nuestra marcha y esperanza sólida
sobre nosotros mientras haya Dios!
De pie y con los brazos bien abiertos
y extendida la diestra a no secarse,
haznos cruzar la vida pedregosa
--repecho de Calvario-- sostenidos
del deber por los clavos, y muramos
de pie, cual Tú, y abiertos bien de brazos,
y como Tú, subamos a la gloria
de pie, para que Dios de pie nos hable
y con los brazos extendidos. ¡Dame,
Señor, que cuando al fin vaya perdido
a salir de esta noche tenebrosa
en que soñando el corazón se acorcha,
me entre en el claro día que no acaba,
fijos mis ojos de tu blanco cuerpo,
Hijo del Hombre, Humanidad completa,
en la increada luz que nunca muere;
mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,
mi mirada anegada en Ti, Señor!


Miguel de Unamuno



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Elaboración y contenido

Mary Carmen Vidondo
Miguel Ángel S. L.

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Edición y formato

@ Miguel Ángel S. L. (Ángel Saguar)
junio 2016




3 comentarios:

  1. Muy buena revista y esta genial poder disfrutar de la buena poesia de siempre ya llamada consagrada.. felicidades por el trabajo y esfuerzo ..
    un abrazo . Francis

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  2. Linda Revista Miguel Ángel! Me gusto mucho. Felicitaciones ! Te doy las gracias por publicar mis letras en tu hermosa revista! Un saludo con cariño!
    Consuelo Amaya

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  3. Muy hermoso el contenido y formato de este NºTrece.
    Nos dejó buenos augurios...como suelen dar los trece...y un regusto a Poesía, que....
    Gracias y feliz verano!

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